lunes, 13 de septiembre de 2010

CARTA No. 59 Septiembre 2010

CARTA AL PUEBLO DE DIOS


Parroquia Santa Catalina de Siena


No. 59 Septiembre de 2010




Queridas familias de la comunidad:


Desde hace unos años es tradición, en la iglesia dominicana, dedicar el mes de septiembre a la Biblia. Con ello se nos quiere recordar el enorme e insustituible valor que ella tiene en nuestra vida cristiana, en la vida de la Iglesia y en la formación y aliento de las comunidades. La Biblia es, ante todo y sobre todo, Palabra de Dios.


Debemos aclarar que nuestra fe no es fe en la Biblia, es decir en un conjunto de escritos, sino que nuestra fe es fe en aquel a quien la Biblia nos refiere, es decir, a Dios.
No tenemos fe en la Biblia sino fe en Dios, un Dios que es amor, creíble y confiable, enteramente libre y soberano al que no podemos manipular ni controlar, un Dios que se nos ha manifestado en la Historia como nos dice el Evangelio de San Juan: "Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y verdad" (Jn 1,14).


Llamamos Biblia a un conjunto de libros (Génesis, Sabiduría, Isaías, Samuel, el Evangelio de Marcos, el Evangelio de Lucas, la carta a los Romanos, a los Gálatas, etc.) que han sido escritos por manos humanas pero inspirados por Dios. El libro de la Biblia se divide en dos grandes partes: El Antiguo Testamento nos narra las acciones salvadoras de DIOS antes de la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios. En el Nuevo Testamento se nos cuenta el nacimiento, la vida, la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo, el envío del Espiritu Santo, el nacimiento y la expansión de la Iglesia. Jesucristo divide el libro de la Biblia en dos grandes grupos: el Antiguo Testamento, la acción de Dios antes de Jesucristo, y el Nuevo Testamento, la actuación de Dios revelado en Jesucristo y su presencia entre nosotros, en la IGLESIA, por medio del Espíritu Santo. Toda la Biblia es importante, toda ella está inspirada, pero para nosotros tiene una particular importancia el Nuevo Testamento, y dentro de él, los Evangelios. Cuando decimos que Jesús es Señor del Tiempo y de la Historia afirmamos, entre otras cosas, que Jesús ha dividido el tiempo en dos grandes períodos: El antes (Antiguo Testamento) y el después del él (Nuevo Testamento)/


Los escritos de la Biblia, para nosotros los cristianos, tienen una autoridad única porque contienen los testimonios de la Revelación que han dado origen e identidad al cristianismo ya que en ella se encuentran los testimonios de la fe fundante con la que nos identificamos. El Dios en quien creemos es el mismo en que creyeron Abrahán, Moisés, David, es el Dios a quien nosotros confesamos como el Mesías. La autoridad de lso Apóstoles, por ejemplo, era reconocida como procedente del Señor: eran sus enviados y apelaban a la autoridad de Jesús: recordemos el pasaje y las palabras del milagro de Pedro cuando curó a un paralitico en el Templo: "No tengo plata ni oro pero lo que tengo de lo doy: en nombre de Jesucristo, el Nazareno, levántate y camina" (Hch 3,6).


La Biblia no es, como algunos hermanos cristianos afirman, un manual de respuestas a todos los problemas que la vida nos plantea, sino un camino y una orientación para responder a las preguntas fundamentales de nuestra vida, tanto en la relación con los demás y la naturaleza como hacia nosotros mismos. Un camino par encontrar el bien, la paz, la justicia y el amor que tanto buscamos y deseamos.


También celebramos en este mes a nuestra Patrona, la Virgen de las Mercedes. Felicidades a todos. Recordamos a todos los que se encuentran encarcelados y oramos por ellos, por sus familiares y por los que se dedican a la pastoral penitenciaria. Que la Virgen, nuestra Madre, les bendiga a todos. Con el cariño de siempre reciban el saludo de Eduardo, Javier y vuestro párroco Manuel Jesús R.