lunes, 13 de septiembre de 2010
CARTA No. 59 Septiembre 2010
lunes, 9 de agosto de 2010
Carta No. 56-57 y 58 Agosto 2010
martes, 6 de julio de 2010
Carta No. 1 Junio-Julio 2005
En esta ocasión queremos únicamente decirte que tú nos importas por la sencilla razón de que eres importante. Lo mismo nos da que seas
MUJER O VARÓN
DE AQUÍ O DE ALLÁ
NEGRO O BLANCO
SANA O ENFERMA
JOVEN O VIEJO
SECRETARIA O CHIRIPERO......
Como quiera, tú eres de la familia de Dios.
Por eso, tú eres alguien importante:
- Eres una persona y tienes derechos humanos.
- Eres inteligente, capaz de pensar y de recordar.
- Tienes capacidad para esforzarte y trabajar.
- Tienes conciencia y puedes distinguir entre el bien y el mal.
- Puedes conocer y amar a Dios, y también a tus hermanos.
Valora y cuida tus raíces, a tus mayores, a tu familia.
Tú eres un tesoro. Y quienes viven a tu lado también lo son.
jueves, 17 de junio de 2010
Confirmación Mayo 25 2010
domingo, 23 de mayo de 2010
Carta No. 55 Mayo 2010
martes, 18 de mayo de 2010
Carta No. 54 Abril 2010
En ocasiones, o puede que muchas veces, ocurren hechos que ponen a pruebas nuestra fe y esperanza en el Señor, juez misericordioso de vivos y muertos. Todos conocemos muchos casos. Situaciones que pueden hacernos dudar de la presencia benévola del Señor en medio de nosotros, de su pueblo. Es ahí, en ese tipo de situaciones, donde con más fuerza se manifiesta el misterio de Dios. En definitiva, lo que realmente somos sólo lo sabremos cuando, como dice la Escritura, "veamos a Dios cara a cara".
La Resurrección, y el hecho de que seamos en todo momento del Señor, no significan que tenemos que desentendernos del mundo y de las cosas que aquí suceden; antes al contrario, precisamente porque creemos en la resurrección y porque somos del Señor, nuestro compromiso por construir un mundo como Dios quiere, mucho donde reine la paz, la justicia y la verdad, es más urgente y comprometedor. Para ello contamos con la con la Gracia, la fuerza de su Espíritu, y con todos los elementos que constituyen nuestra naturaleza humana, sobre todo con la voluntad y la libertad.
Nosotros, la Iglesia, también contamos con la inestimable ayuda de los santos y santas de Dios. Mujeres que, como Santa Catalina de Siena, sin dejar de tener puesto sus ojos y esperanza en las alegrías y promesas del cielo, luchó con extraordinaria fortaleza por reformar las costumbre y la corrupción moral que existía en la Iglesia de su tiempo. Se enfrentó a muchos peligros. Su vida es un ejemplo para todos nosotros. Es una doctora de la Iglesia.
Si nuestra misión de llevar el mensaje: ¡El Señor ha resucitado! Nuevos corazones responden " ¡En verdad resucitó! Entonces no podemos sino exclamar desde lo más profundo de nuestro ser: ¡Señor mío y Dios mío!